Diario de un viaje divertido ( 3ª parte )


Y llegó el domingo, ya hace tres días que estamos de turistas y aventureras, ¡qué placer!. Hoy fuimos con nuestra simpática guía Vicky, al Tigre. Un viaje con las cualidades del mejor ansiolítico. Debo decir que el clima, durante todo lo que duró nuestro viaje divertido ( a no ser por el último día), fué maravilloso, un sol radiante y brisa fresca, ¡de película! como dicen los chicos. Al llegar a nuestro destino fuimos todos en fila india hasta el pequeño puerto donde estaba anclado el catamarán que nos esperaba. El catamarán es un pequeño barco turístico de dos pisos: abajo hay un restorán, y arriba una cubierta techada para disfrutar del hermoso paisaje. Me dieron pena los mozos del bar, no querían dejarnos subir, entendible.....ellos necesitaban vender, pero nadie les hizo caso, apenas zarpamos todos corrimos escaleras arriba. A los sacrificados trabajadores de la bandeja no les quedaba otra forma que pasearse por la cubierta, con gaseosas, cerveza, sandwiches y otras exquisiteces (teniendo en cuenta que ya eran las 11y 30 de la mañana y nuestros estómagos reclamaban el vital alimento con ruidos insólitos), y gritando a viva voz sus productos.......Pero nadie los oía (ni a nuestros ruidos estomacales), soportábamos estoicamente el apetito (aumentado por el paseo al aire libre), embelesados por el paisaje: casitas a la orilla de los diferentes ríos del delta, llenas de flores, césped bien cortado, sobre el que se veían de tanto en tanto, algunos seres privilegiados soleándose en cómodas reposeras.......Bordeamos el Parque de la Costa, pudimos ver las monstruosas montañas rusas (ésas en donde la gente va cabeza abajo, ¿cómo será ver el mundo al revés?, bueno, en realidad según Eduardo Galeano (periodista y escritor uruguayo), vivimos en un mundo del revés)...........Zara y yo poníamos las caras al sol y al viento, ¡qué delicia!, adquirí un colorcito envidiable, desaparecieron como por arte de magia mi palidez y mis ojeras...........Terminado nuestro paseo acuático, nos dirigimos a la estación de tren para subir al Tren de la Costa. Este simpático trencito nos llevó hasta la localidad de San Isidro, a unos 30km. de allí. Tuvimos tiempo libre y recorrimos un lindo y bien decorado centro comercial. En el centro, una fuente de agua cristalina salpicaba al que se acercaba, produciendo una agradable sensación de frescura, a esa hora (más del mediodía ) el sol, ya no tan benevolente, quemaba nuestra piel. Tomamos un helado en Freddo, ¡que rico! y apaciguante. Paseamos por una feria artesanal, vimos de lejos la catedral con un estilo gótico, y a la hora indicada, como niños buenos, nos reunimos con muestra mamá Vicky, quien nos llevó sanos y salvos a nuestros hogares, ¡bravo por Victoria!......................Ya en el dormitorio del hostal, revivimos el paseo, nos reímos mucho ( acción imprescindible en lo que importa de la vida), vimos las fotos, todo ésto acompañado de nuestro infaltable mate................... A las 18 horas comenzamos a "producirnos", teníamos una cita con la cultura: "Agosto" en el teatro Lola Membrives, con Norma Aleandro, Juan Manuel Tenuta y un gran elenco. La obra excelente, el teatro repleto. Norma Aleandro, maravillosa y dúctil actriz nos hizo reír y llorar con su inmensa capacidad para despalazarse sobre las tablas. Tenuta (ya anciano) ¡me emocionó tanto!, lo recordé cuando en mi infancia y adolescencia, en mi ciudad natal, Montevideo, lo veía siempre sobre el escenario, mi padre fué un gran amante del teatro y así me educó. Aplaudimos de pie hasta que las manos nos dolieron......Luego Zara y yo, tomadas del brazo, caminamos por Corrientes, disfrutando de las luces y las risas de la gente, nos detuvimos unos minutos frente al Obelisco, imponente e iluminado......Un tiempo después dormíamos satisfechas, arrulladas por el ahora silencioso ventilador de techo.

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