Comunicarse no es competir

La competencia…. otra actitud errónea en los padres, querer parecer hermana de la hija de 16 años o cuate del chico de 17, e insistir en acompañarlo los sábados a la noche, a sus lugares de onda, con la excusa oculta de querer saber con quienes andan sus hijos, categóricamente no sirve. Esta actitud borra los roles jerárquicos necesarios para una buena educación, ¿Cómo poner límites a nuestros hijos, si actuamos igual que ellos?. En lugar de espiarlos y querer mezclarnos en su confuso mundo, pongamos luz en sus mentes, enmarcando su ruta de vida. Difícilmente un joven que tenga la comunicación adecuada con sus progenitores, lo que implica conocer valores morales y espirituales, y las conductas necesarias para una vida satisfactoria, se desvíe hacia caminos poco seguros, aún enfrentando situaciones conflictivas como por ej. un divorcio. Es de vital importancia demostrar y expresar el amor hacia los hijos adolescentes. A ellos parece no gustarles este tipo de demostraciones, pero es sólo una fachada ,queriendo mostrar que ya han “ madurado” y no necesitan de “ tontas” exhibiciones. En realidad es todo lo contrario, el joven sí necesita saber que sus padres lo quieren y lo cuidan, de lo contrario pueden sentirse abandonados. Hay que conocer el momento adecuado para expresar este sentimiento. Conocida es la aversión de los jovencitos a las excesivas demostraciones de cariño hechas en público ( especialmente si éstas provienen de los padres). Cuando vayan a buscar a sus hijos al colegio, no los besen y abracen frente a sus compañeros, puede ser catastrófico!!. Por suerte esta etapa pasa.....

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