Recuerdos

Recuerdo cuando mi hijo mayor, con 18 años, realizó un retiro espiritual con sus compañeros de colegio del último curso del bachillerato. Los profesores nos pidieron, a los padres, que escribiésemos una carta dirigida a nuestros hijos, para entregársela a su regreso. Si bien es algo muy personal y cada padre y madre tiene su estilo de demostrar cariño, creo que puede ayudar como anécdota. Así le escribí a Javier: “Carta a mi hijo mayor” octubre de 1995 Javier, querido hijo: Esta carta quiere expresar todo lo que yo siento por ti desde hace 18 años, es decir más, porque desde que empezaste a crecer dentro de mi vientre, ya te quería muchísimo. Recuerdo cuando tus piecitos golpeaban con fuerza mi panza, todo mi ser se inundaba de una sensación maravillosa, difícil de expresar con palabras. Tu nacimiento llenó de alegría la casa, la familia y en especial a mí: tu madre. Luego, fuiste creciendo y tus primeros pasos, que los diste en la casa de tus abuelos maternos, produjeron en ti gran alborozo, reías con carcajadas sonoras y te ponías nervioso al darte cuenta que podías caminar solito. Pasaron los años, eras un niño hermoso con ojos color del tiempo. Siempre fuiste muy querido por tus amiguitos y compañeritos de clase. . Cuando nos vinimos a Paraguay, te adaptaste rápidamente al cambio y empezaste tu corretear por la vida. Me diste muchas alegrías (y algunos disgustos), estuve a tu lado en tus momentos difíciles y en los fáciles. Eso me hacía sentir orgullosa de ti, sentía que mi amor de madre era inmenso y que siempre podría crecer un poco más. Cuando en la vida me tocó perder, tú y tu hermano, dieron sentido a mi existencia. Por esto te digo: gracias, mi amor. En el transitorio pasar por la vida hay diferentes clases de amor, pero sólo el amor de madre es duradero, inagotable y siempre en crecimiento. La diferencia con los otros tipos de amor, es que el amor materno siempre gana, no hay pérdidas en este hermoso e incondicional amor. Hijo adorado, hoy que ya casi pisas el umbral de ser hombre, sé que algún día ( no muy lejano) te irás de mi lado, sólo te pido que no me apartes de tu corazón y tus pensamientos. Te estrecha en un largo, cálido y fuerte abrazo y te REQUIERE: Mamá. PD: Dios te bendiga y guíe tus pasos por el camino correcto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario