Expectativas...


¿ Quién no las tiene ?. Palabra peligrosa, nos puede hacer mucho daño si no sabemos manejar con corrección eso tan lindo (aparentemente) que es "tener expectativas". Los niños esperan que se les quiera, se les atienda, esperan recibir regalos, y generalmente ocurre. Los adultos nos gratificamos pensando en lo exitosos que van a ser nuestros hijos, en que la persona que amamos va a corresponder a nuestro amor, que vamos a conseguir el trabajo que tanto deseamos, etc., etc.. Pero muchas veces (más de lo que uno piensa), nada de eso sucede. Entonces aparece la temida depresión, la decepción y el desengaño. Nos sentimos engañados por el destino y nos olvidamos de la fuerza y el poder del libre albedrío....Cuando estamos expectantes de algo que queremos del otro, o del entorno, hay ansiedad, impaciencia. Es difícil controlar este estado, ya que lo que esperamos debe venir de afuera. Hombres y mujeres se aferran (como a un salvavidas en un naufragio) a la expectativa de lo que desean con vehemencia. Pero en situaciones normales de conductas adecuadas y maduras, nadie tiene el poder de decidir por el otro. Si ponemos más empeño en trabajar sobre el libre albedrío que cada uno posee, lograríamos más beneficios personales independientemente de lo que realicen los demás...Hay un dicho muy gráfico: "los de afuera son de palo". Creo que con ésta simple frase resumo lo que quiero transmitir en mi relato. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de cambiar y obtener logros. Cuando eliminamos, o por lo menos disminuímos las expectativas, generamos movimiento y trabajo en nosotros mismos, lo que como un efecto dominó, trae gratificaciones personales y a los que nos rodean. Cuando vivimos expectantes, es como si pusiéramos nuestro motor en pausa, esperando que todo se resuelva en la vereda de enfrente.........................Eduquemos a nuestros hijos para que tengan la valentía de decidir que quieren hacer de sus vidas y que sean ellos los responsables de esa desición. Si soñamos con un hijo médico y transferimos permanentemente ese deseo y expectativa, a un hijo que oculta su vocación por la arquitectura, para no decepcionar a sus padres, sólo lograremos un profesional mediocre y sin vocación.... Lamentablemente de éstos está lleno el mundo......

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