Atardecer en Piriápolis....20 años después.


Verano del 2010, intenso, opuesto....20 años después. Piriápolis sigue allí, ocupando su lugar en el mapa del país con forma de corazón. El mismo mar, dejando de ser río. el mismo cerro con azúcar en su cima, los mismos árboles deleitando el olfato de los paseantes, el mismo pequeño cerrito que promete un novio a las solitarias......Es maravilloso recorrer un espacio que siendo bello no cambia, que pareciera que una barrera invisible lo protege de los avances tecnológicos.......Alguien dijo: " lo simple es bello " y yo agrego: lo bello es simple. La naturaleza tiene el don de crear maravillas simples y el encantador balneario uruguayo fué tocado por la magia de lo natural...........La misma brisa fresca recorre los pinos y eucaliptos, arrancando sonidos celestiales que arrullan las siestas de los felices pobladores. A la noche, esos sonidos de ramas y hojas, se confunden con un coro de grillos y los saludos esporádicos de invisibles lechuzas................Todo igual....el mismo olor salado, la arena blanca y fina, el horizonte lejano y nítido, en el cual se dibuja, a veces, la figura de un barco. El mismo escenario.....pero con escenas y actores diferentes. Un verano cálido, con sabor a miel y sal marina, con sonoras carcajadas que poblaban el aire transparente. Las olas, ya sin lágrimas, morían lentamente sobre la arena firme. El viento formaba castillos en el aire, donde princesas y príncipes se juraban amor.......20 años después el atardecer de Piriápolis fué el comienzo prometedor de momentos felices!!!!!!

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