Sexualidad infantil


La sexualidad infantil plantea problemas de gran interés en fisiología, psicología, psiquiatría y pedagogía. Antes de la era freudiana se hablaba del instinto sexual infantil sólo para destacar su carácter supuestamente anormal. La concepción freudiana es la siguiente: (1)desde el nacimiento hasta los 3 años tenemos la fase de autoerotismo que evoluciona en tres etapas: a) la primera en diferenciarse es la mucosa bucal, con lo que se constituye la etapa bucal, concretado en la succión del pecho materno, verdadero placer sexual ( el que se sustituye con la succión del dedo después del destete); b) aparece la etapa anovesical en la que el niño encuentra satisfacción en la retención voluntaria de heces y orina ( ésta etapa se acompaña de tendencias sádicas, masoquistas y exhibicionistas); c) aparece la diferenciación de otras zonas, ej. genital, de lo que deriva el onanismo ( masturbación)..........(2) la segunda fase de heteroerotismo, empieza a los 3 años y se extiende hasta la pubertad. También se divide en tres etapas: a) etapa indiferenciada, en donde el niño experimenta una atracción homosexual o heterosexual, según los casos, hacia el padre o la madre; b) etapa heterosexual, el objeto de atracción de la niña es el padre y el del niño la madre, en ésta etapa el infante siente aversión por el progenitor de su mismo sexo. Se constituye de este modo el complejo de Edipo; c) etapa de latencia, entre los 6 y 8 años, caracterizada por las represiones determinadas por la educación. La pubertad, considerada antiguamente como la época en que se despertaba el instinto sexual, es en realidad el período en que adquiere su forma definitiva. Onanismo ( masturbación)--no existe otro tema que haya sido más peligrosamente deformado por la ignorancia y los prejuicios de los educadores. El onanismo es corriente en los períodos puberal y postpuberal, sólo se convierte en francamente anormal cuando es repetitivo y persiste en el adulto como única expresión sexual ( aquí debemos hacer la excepción de las personas encarceladas y aquellos que pasan un largo período sin pareja). Hubo una época, ya lejana en que se acusaba a la masturbación de constituir la causa de graves enfermedades mentales. En realidad se confundía la consecuencia con la causa. Antes existía la tendencia a pensar que la masturbación es un crimen que acarrea catastróficas consecuencias. Muchas veces las amenazas de castigos, y el señalar el onanismo como pecado mortal, favorecen la aparición de escrúpulos, ideas de culpabilidad y tendencias suicidas.

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