Un ejemplo


Un señor de 42 años que acudió a mi consultorio con diagnóstico de síndrome de pánico, después de un año de tratamiento y ayuda psicoterapéutica, comprendió y aprendió que lo que lo llevó a enfermarse fue creer que su felicidad de ganar mucho dinero era compartida por su familia. Por ese motivo se esforzó tanto que ya no tenía tiempo para disfrutar de simples momentos felices con ellos. Decidió cambiar sus metas y encontrar en" momentos" aquello que podía hacerle bien a su alma ya su cuerpo, de esa manera disminuyó el stress de acumular dinero para vivir “mejor” y asegurarse una vejez confortable. Actualmente está curado y se gratifica con las cosas que importan (que generalmente no concuerdan con la riqueza material). Esto no significa que debamos dejar de trabajar y vivir cómodamente, y adecuados a la nueva tecnología. Recuerden que los extremos son perjudiciales, en el medio está el equilibrio que nos proporciona paz interior. De vez en cuando o de cuando en vez, al decir de JM Serrat, podemos hacer un rápido viaje a uno de los extremos, esto nos permite valorar más el equilibrio al que debemos aspirar….además esos cambios pueden significar la “sal de la vida”.

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