¿Porqué?

Decía William James: “la guerra suele ser un momento de felicidad para las naciones, para los individuos; libera la libertad. Se sabe quienes son los amigos, quienes son los enemigos, como distribuir el amor entre los propios, como odiar a los del bando opuesto, y sobre todo cómo cumplir órdenes”. Muchos de los jóvenes adolescentes parecen estar enojados…con quién o con qué? Ni yo ni ellos lo saben; puede ser con los padres, con la vida, con el mundo, con el sistema solar o con ellos mismos. Este enojo se podría entender desde el ángulo de su propia metamorfosis, ellos están cambiando por fuera y por dentro, y ese cambio es doloroso. Duele dejar la niñez, etapa generalmente feliz (lamentablemente la felicidad para algunos niños no existe) y protegida. Duele sentir los cambios corporales, el adolescente parece no ajustarse a su cuerpo desmoldado y torpe. Y también duele y causa miedo saber que en unos años más deberán ser responsables de sus actos. Otra versión ( no excluyente de la anterior) es que el jovencito criado por padres permisivos y temerosos de equivocarse ( por lo que no se animan a poner los límites necesarios), siente que no está protegido, o que está abandonado, o que no lo quieren y entonces …se enoja.

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