Cuerdas estiradas y aflojadas

Los hijos criados por padres manejados por el miedo, son incapaces de decidir y sentirse libres, esto los lleva a buscar padres adoptivos y definitivos. De aquí surge: la droga, el fanatismo religioso, sectas exóticas, grupos regidos por el autoritarismo, etc.. En este contexto las personas no necesitan decidir por sí mismas, sólo obedecen órdenes, que es más fácil ya que no se utiliza el esfuerzo de pensar. Descartes dijo: “Pienso, por eso existo”, entonces debemos llegar a la triste conclusión que estos seres refugiados en padres adoptivos y dominantes, no existen. Colocar límites es darle a los jóvenes la posibilidad de elegir entre lo que está bien y lo que no, o sea decidir por ellos mismos. Lo que está bien son las normas, valores, leyes, que permiten la convivencia y la interacción de uno con y para los otros. Lo demás pertenece al plano de la subjetividad y puede constituir mi verdad, pero no la tuya. Si mi verdad no invade la tuya tendremos una convivencia pacífica. J. Barylko escribió en su excelente obra: “El miedo a los hijos”: “hijos criados en un marco de anomia (no ley), de aparente comprensión, de aparente dulzura, pero que en el fondo constituyen la cobertura de chocolate del vacío, padres con miedo de educar transfieren miedo, indecisión, anomia. En el gran espacio de libertad sin normas, sin posiciones fijas, de cuerdas aflojadas y sin jerarquías de valores ni creencias, sin compromisos; esa libertad se torna vacío, sin objetivo y quiere huir de sí misma”. Y aquí llegamos al tema de padres adoptivos al que ya me referí.

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