1ª infancia

La 1ª infancia ( hasta los 6 años) es una etapa fundamental, es como la construcción sólida de los cimientos de una casa. Eduquen a sus hijos con mucho cariño y firmeza. Nuestros hijos necesitan de límites, recuerden los arbolitos recién plantados, ¿porqué se les coloca varillas a los costados?, la respuesta la tienen uds. En un capítulo anterior hablamos de que los excesos dañan, en la crianza de los niños el mostrar excesivo amor por ellos ( en forma de sobreprotección), daña tanto como la carencia. Es importante demostrar nuestro amor por ellos, abrácenlos, díganles con frecuencia que los quieren, admírenlos, no los comparen con otros niños; pero no los asfixien, déjenlos crecer y equivocarse aunque a veces nos de miedo. Según Alfred Adler ( discípulo de Sigmund Freud), los niños mimados, en general, son el grupo más peligroso de nuestra comunidad, porque su interés está consagrado a sí mismos y jamás han aprendido el uso y la necesidad de la cooperación. “Educar es formar a alguien para que salga de sí, solo en esa salida, haciendo algo entre otros, por otros, con otros, la vida toma sentido creativo y positivo”. Amo los animales y siempre me detuve a observarlos, es maravilloso ver como una hembra cuida de su cría ( que generalmente son muchos si hablamos de perros y gatos), a medida que crecen ella misma expone a sus cachorros a los peligros del entorno, teniendo sumo cuidado y pronta a socorrerlos si es necesario. Jueguen con los niños, el juego es para ellos como el trabajo para los adultos, absolutamente imprescindible. No los involucren en sus problemas personales ( ellos pueden asumir la responsabilidad de estos hechos). Esto no significa guardar a nuestros hijos, en una cápsula impenetrable, el conocimiento de las dificultades de la vida es un proceso que camina junto al crecimiento, absorbiendo y comprendiendo tales, con el ejemplo del entorno, nunca con los problemas personales de los padres, en donde se confunden las fronteras de lo tuyo y lo mío.